El 25 de mayo de 2008 será recordado por los amantes del deporte y del buen tenis como el día de la retirada de una bella persona y un artista de la raqueta: El brasileño Gustavo “Guga” Kuerten. Mientras veía en directo por TV sus últimos minutos como jugador profesional dentro de una cancha, y luego sus emotivas palabras de despedida, intenté explicar a mi esposa y a mis dos hijas porqué a miles de personas en todo el mundo seguramente se les “piantaba un lagrimón”... Te comparto aquí una nota del periodista Ariel Scher, publicada al día siguiente en el diario porteño Clarín, que refleja muy bien lo que sentimos muchos con el retiro del querido “Guga”, el brasileño más querido por los argentinos. Y después, un video de su despedida tomado de YouTube.
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Un caballero del deporte
El gran Guga jugó al tenis como los dioses, ganó los partidos que cualquier individuo quisiera ganar, partió y llegó sin manchas de una punta a la otra de su carrera brillante y, sin embargo, no fue eso lo que lo volvió un enorme campeón. En el turno de ser el mejor o en los días de intentar como uno más, hizo algo todavía más importante: siempre que pisó una cancha puso de acuerdo al deporte con la sonrisa.
Maravilloso Kuerten: le tocó ser profesional de la raqueta en un tiempo de exacerbación del individualismo, de las caras fruncidas, de la competitividad por encima de cualquier otra cosa. Nunca se contagió. Y lo suyo no se trató sólo de simpatía. En cada celebración y en cada derrota, transmitió alegría. En cada actitud hacia los otros jugadores y hacia la gente, espantó la histeria. Si ciertas categorías venidas en desuso siguieran valiendo, habría que decir que fue un caballero. O hasta más que eso: la demostración de que, inclusive en la exigencia más alta, la felicidad no tiene que ver sólo con ganar.
Acaso por eso, cerca de Kuerten pero lejos de París, ayer lo aplaudió gente de todas las geografías. Es que, flaco, largo y talentoso, ese tipo representa las razones por las que millones de personas se acercaron al deporte. Merecería mil conceptos. Pero el mejor es gracias. Gracias Guga. Y hasta la sonrisa siempre.
(fin)
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