Después de un parate de un algo más de un mes, retomo el Kau Amigos, con una actividad que tiene especial sigtnificación para mí.
Esta semana habrá una serie de actos en recordación del 30o. aniversario del inicio de la última dictadura militar.
Por tal motivo, el Teatro Colón de Buenos Aires anuncia un programa especial el 24 de marzo próximo, a las 22.00, titulado "Verdad, justicia y memoria". La Orquesta Estable y el Coro Estable del Teatro Colón interpretarán la Sinfonía N° 2 “Resurrección” de Gustav Mahler,
con entradas a precios populares. El concierto "para toda la comunidad", tiene como meta una "reflexión por la vida y los derechos humanos".
La Orquesta Estable y el Coro Estable estarán bajo la dirección de Stefan Lano. La dirección del Coro Estable estará a cargo de Salvatore Caputo y las solistas serán la soprano Mónica Philibert y la mezzosoprano Cecilia Díaz.
La Sinfonía N° 2 de Mahler fue estrenada con dirección del mismo autor el 13 de diciembre de 1895 en Berlin. Es una obra escrita para dos solistas femeninas, coro mixto y orquesta ampliada.
Antes de seguir, debo informarles que desde hace algo más de una década soy un seguidor de Mahler. En mi memoria guardo varias de sus extensísimas sinfonías. "Resurrección" es una de las más bellas obras que se pueden escuchar de este compositor bohemio (de Bohemia...)
La idea de la muerte siempre fue una de las obsesiones para este autor, quizá porque ya a sus 16 años seis de sus diez hermanos y hermanas ya habían fallecido. Aunque él siempre le da un tratamiento místico, es una idea bastante recurrente en su obra: la vida, juventud, naturaleza y muerte.
"Resurrección" es una sinfonía que consta de cinco movimientos, muy diferentes entre sí; el mayor contraste está entre el primer y el segundo movimiento. Este primer movimiento, al que Mahler denominó "Ritos Fúnebres" y que dura unos 20 minutos, es una representación mística de la muerte. Una muerte en la que se sufre.
En cambio, en contraposición a este primer tiempo, muy aterrador, le sigue un segundo tiempo ("un recuerdo del pasado") que es un bálsamo... un recuerdo feliz, como si eso fuera lo que nos llevamos cuando abandonamos este mundo. La última parte de este movimiento es muy lírica, sublime.
El tercer tiempo tiene mucho más movimiento. Mahler representa la duda, mediante la melodía del clarinete. Muy bello, me recuerda a un paseo que hice un domingo de agosto de 2000 por la mañana en la playa de Puerto Madryn, viendo en el golfo Nuevo a las ballenas... mientras escuchaba este movimiento en un discman...
El cuarto tiempo representa la llamada de la fe. Aquí aparece por por primera vez en toda la obra la voz de una solista (contralto) cantando "O Röschen rot!" (¡Oh rosa roja!), una poesía de "El cuerno mágico de la juventud", y que no es más que un canto de fe y esperanza: "Yo pertenezco a Dios y a él retornaré". Este movimiento, "Luz primal", dura "apenas" cinco minutos, también estremece por su lograda intimidad.
El quinto movimiento le da el título a la sinfonía. Dura media hora. Aquí entra el coro, pero recién al final. Su entrada es muy delicada, tiene un toque célico que sorprende tras la explosión anterior de las trompetas, que recuerdan el juicio final. Mahler utiliza todos los recursos a su alcance (percusión en todas sus líneas, cornos ubicados detrás de escena, etc.). Pero lo que convierte en inolvidable al movimiento es el coro va creciendo. Antes del final, hay un contrapunto desgarrador entre la soprano y la contralto.
En una carta al director alemán Bruno Walter, fechada en 1906, Mahler resalta que: "Lo que distingue a la música es el ser humano que siente, piensa, respira y sufre".
Mahler, dicen sus estudiosos, tuvo una visión de aquel mundo suyo que se deshacía en la corrupción, por debajo de una superficie aparentemente normal. Un mundo nauseabundo, hipócrita y próspero, seguro de la inmortalidad de su propia existencia y privado ya de toda seguridad en la inmortalidad del espíritu. Igualmente, él anticipó un nuevo mundo musical, haciendo de su obra un acontecimiento premonitorio y, aun hoy, incomprendido para muchos.
Intentaré conseguir un par de entradas en el Colón, para gozar de esta buena elección para recordar que la vida sigue, a pesar de la más horrenda dictadura que asoló al país.
(fin)
domingo, marzo 19, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario